lunes, 20 de mayo de 2013

La ayuda a domicilio tiembla ante la reforma local

[P. Puebla. Zaragoza, Extraido de heraldo.es]
 
La reforma de la administración local elimina las competencias municipales en servicios sociales y los profesionales del ámbito temen por prestaciones como la ayuda a domicilio o la atención a la infancia.

Estrella vive en Jaca, tiene 44 años y hace ya ocho que le diagnosticaron esclerosis múltiple. Poco a poco fue perdiendo movilidad y desde hace siete años recibe ayuda a domicilio cinco días a la semana. Una persona acude a su casa por las mañanas para ayudarle con las tareas que a ella le resultan imposibles: lavarse el pelo, tender, hacer la cama, limpiar la cocina...

Gracias a esta ayuda y a su silla eléctrica, Estrella puede ser independiente. Su madre murió, y su padre está jubilado y vive en Valladolid. Aunque no le queda familia en Jaca, ella lucha por continuar con la vida que llevaba antes del diagnóstico: "Yo quería tener la independencia que tenía antes y que mi familia pudiese hacer su vida", explica a Heraldo.es.

Este servicio a domicilio está gestionado por los servicios sociales de base del Ayuntamiento de Jaca y Estrella se muestra convencida de que, con sus ingresos, no podría pagarlo de forma privada.

Mª Victoria Mora Gómez es la responsable en Jaca de los servicios sociales municipales, conoce bien a Estrella y sigue su caso de cerca desde hace años. Mora, al igual que Irene Gállego, la presidenta del Colegio Profesional de Trabajadores Sociales de Aragón, teme que la reforma de la administración local impida seguir prestando servicios sociales "imprescindibles", principalmente el de ayuda a domicilio.

La reforma de la administración local
El temor viene porque el actual texto de la ley de reforma de la administración local elimina las competencias municipales en servicios sociales. Donde antes se daba 'permiso' al municipio para la "prestación de los servicios sociales y de promoción y reinserción social", la nueva ley pendiente de aprobación reza que el municipio únicamente podrá prestar labores de: "Evaluación e información de situaciones de necesidad social y la atención inmediata a personas en situación o riesgo de exclusión social".

"Nos convertiríamos en meros derivadores. El trabajador social pasaría a ser en un simple gestor de las acciones que pusiese en marcha la comunidad autónoma", explica Irene Gállego. El problema principal es que, dada la situación económica de las comunidades, los trabajadores sociales dudan mucho que Aragón pueda asumir el coste al completo de todos los servicios que prestan actualmente a sus vecinos los ayuntamientos y comarcas.

Antonio Gaspar es el coordinador de los servicios sociales de la comarca del Bajo Aragón. Tiene más de 20 años de experiencia en los servicios sociales de base de pequeños municipios y está convencido de que la reforma, tal y como está planteada, va en el sentido contrario al que debería: "Los que la han redactado están demasiado arriba y se nota que no han aterrizado en el terreno, no saben lo que pasa en la realidad", explica Gaspar mientras pide, por el contrario, que se refuercen los servicios municipales y los servicios sociales de base "porque lo demanda la situación social".

El valor de la proximidad
"Eliminaría el valor de la proximidad -señala Gaspar-, nosotros estamos cerca y conocemos los casos al completo porque son nuestros vecinos. Tenemos una visión integral y podemos actuar en consecuencia. A nivel autonómico, los informes de Sanidad y de Educación no tienen ni por qué cruzarse", afirma convencido antes de poner un ejemplo: "En un caso de protección de menores sabemos si el chaval tiene problemas en el colegio, si la familia está aquejada de exclusión social, si los padres tienen un escaso nivel cultural o si reciben ayuda a domicilio porque tienen una abuela con alzhéimer. Todo concurre en una casa y yo lo sé porque soy el trabajador social del pueblo y puedo ayudar desde aquí. Somos mucho más que un servicio de valoración de situación", concluye el trabajador social.

La presidenta del Colegio de Trabajadores Sociales continúa en la misma línea: "Debería seguir primando el valor de la proximidad, hay que conocer cada caso porque cada territorio tiene realidades muy diferentes -explica Irene Gállego defendiendo el modelo actual-. En los municipios de montaña hay que fomentar la animación comunitaria para que los vecinos no se queden encerrados en sus casas, en otros dar prioridad a la ludoteca y en otros de población muy envejecida ayudar al transporte de las personas mayores para que puedan realizar sus compras", ejemplifica.

Temor por los servicios preventivos
Pilar Serrano, por su parte, es la trabajadora social de Tauste y Castejón. Afirma que los ayuntamientos han sido "los grandes protagonistas" en el sistema de servicios sociales y considera que la nueva ley los limita al carácter más existencialista mientras que los servicios de carácter preventivo, como la ayuda a domicilio o el trabajo con la infancia, "se perderían".

En Tauste, 25 personas dependientes se benefician del servicio de comidas a domicilio todos los días del año y unas 45 del de ayuda a domicilio. Pilar Serrano señala que muchas personas en los pueblos están solas y que, gracias a estos medios, se sienten independientes y sus familias que están fuera se sienten más tranquilas. "Les agobia mucho depender de la familia y esto les da cierta autonomía", explica la trabajadora social. Serrano se muestra convencida de que "es imposible" manejar las redes de apoyo desde fuera del ámbito de la proximidad y de que la Comunidad no podría abarcarlos.

Ante este panorama Estrella teme que la reforma de la administración local le impida continuar recibiendo ayuda a domicilio y espera que eso no llegue a suceder: "Con mi ridiculez de pensión y sin esa ayuda me fastidiarían completamente", concluye desde Jaca.

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