-La gestión de muchos
servicios públicos quedará, por imperativo de esta Ley sometida a la iniciativa
privada, o lo que es lo mismo, sometida a criterios económicos de rentabilidad,
por encima de los criterios del beneficio, de la rentabilidad social y del
servicio al ciudadano, que pasan a estar en un segundo plano.
-Consideramos que la Reforma va a ocasionar una
pérdida brutal de puestos de trabajo en las Administraciones Locales de toda
España. Algunas fuentes cifran en una cantidad superior a 200.000 los puestos
de trabajo que pueden llegar a ser suprimidos, y que se sumaran así a los ya de
por si demoledores efectos que la Reforma Laboral ha tenido y está teniendo en la Administración Local.
Nuevos ERE se avecinan en la Administración Local.
-Esta Reforma, en el
supuesto de que vaya adelante, tras su tramite parlamentario, perjudicará a
muchísimos ciudadanos, en especial a los residentes en pequeños municipios del
ámbito rural, al imponer la supresión de Servicios Públicos Municipales como
aquellos relacionados con Servicios Sociales, personas dependientes,
discapacitados, etc… Siendo las Comunidades Autónomas las que, asumiendo estas
competencias, decidirá qué servicios se van a mantener y en qué municipios.
Esto, unido a los criterios economistas a los que antes nos hemos referido,
agravará aun más la situación de los ciudadanos residentes en estos municipios.
No podemos obviar que han sido las Comunidades Autónomas las que han puesto en
"la picota" muchos de los servicios que prestan
los Ayuntamientos justamente por el incumplimiento de sus
obligaciones de pago hacia los mismos.
-Conceptos como los de “coste estándar” de los
servicios, a pesar de que han sido “descafeinados” en base al informe del
Consejo de Estado, siguen distorsionando la Reforma, en la que claramente se decanta a favor
de la gestión privada sobre la pública. O lo que es lo mismo, se prima la
privatización de los Servicios Públicos que prestan los municipios.
La Reforma plantea también dudas sobre su
Constitucionalidad, pues vulnera la autonomía local reconocida en el Artículo
140 de nuestra Constitución, así como la Carta Europea de la Autonomía Local,
suscrita por España en 1988, siendo varios los Gobiernos Autonómicos que ya han
anunciado su oposición al texto, como el catalán, el vasco y el andaluz, entre
otros. Lo que augura un largo recorrido judicial, una vez terminado el
parlamentario.
Desde la FEP-USO consideramos
que el Gobierno ha perdido otra oportunidad de oro para abordar una reforma de la Administración Local,
que consideramos necesaria, pero que en este caso, como en otros, se afronta
desde una falta total de negociación y búsqueda de consenso, así como desde la
prevalencia de criterios ya muy roídos y demostradamente faltos de eficacia,
como la reducción del gasto público, ante todo y pese a quien sea… cuando
justamente la deuda de la Administración Local, supone un porcentaje mínimo,
que ronda el 4 %, respecto del total de la deuda publica. Reducción que se
materializa en la supresión de servicios públicos, en otra vuelta de tuerca en
la satanización de los Empleados Públicos que los prestan, y en la sustitución
de ambos -servicios y empleados públicos que los prestan- por la iniciativa
privada, como única alternativa. A la que se le considera, ante todo mas
barata, lo que además de falso, al parecer, es lo único que importa. Sin tener
en cuenta otras premisas, como la calidad del servicio que se presta, y que los
ciudadanos son, ante todo, personas, y no simples números. Seres humanos
que necesitan, en determinadas momentos de su vida y ante determinadas
situaciones de necesidad, la prestación de determinados servicios que cubran
estas necesidades adecuadamente, por encima de las valoraciones económicas de
su rentabilidad. A estos efectos nos remitimos a las propuestas que sobre la Reforma de la Administración Local
hicimos en su día y en la que seguimos apostando por unos Servicios Públicos de
Calidad, prestado por un Cuerpo de Empleados Públicos de la Administración Local,
también de calidad, gestionado bajo criterios de igualdad y homologación
retributiva.
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